«Me parece lógico que el hombre que no ora nunca sea incapaz de comprender la palabra silenciosa de Dios. Cuando estamos enamorados, sin embargo, percibimos hasta el más mínimo gesto del ser amado. Lo mismo ocurre con la oración. Si tenemos la costumbre de orar con frecuencia, podremos captar el significado de los silencios de Dios. Hay señales que solo los novios son capaces de comprender. También el hombre de oración es el único que capta las señales silenciosas de afecto que recibe de Dios» (Thomas Merton).
Así comenzó mi pastor hoy, la reunión de oración de mi iglesia.
Lo único que pude hacer fue comenzar a clamar al Señor por este espacio de quietud, de calma, de silencio, en Su presencia. Ese precioso momento que sólo podemos ser capaces de disfrutar si, como dice el autor, oramos con frecuencia.
Dios está continuamente ofreciéndonos «señales silenciosas de afecto» que, lastimosamente, pocas veces somos capaces de captar. Nuestros oídos suelen estar demasiado llenos de ruido, agendas, listas, y se vuelven sordos a la manera en que Dios quiere hablarnos.
Esto me recuerda a Elías, quien fue capaz de escuchar a Dios en apenas «el susurro de una brisa apacible» (1 R 19:12). Dios estuvo con él y tuvo compasión de él en medio de su angustia, de su miedo, de su falta de fe.
Ahora te pregunto, ¿estás en constante comunión con el Señor como para poder escucharlo aun en el silencio?; ¿estás tan enamorada de nuestro Señor que eres capaz de percibir esa muestra de amor constante hacia ti?
El Señor está esperando que entres a Su trono con confianza (He 4:16) y con acción de gracias (Sal 100:4a; Col 4:2) porque la sangre de Cristo hizo posible ese precioso encuentro. Pídele al Señor, en oración, que puedas disfrutar de Su voz, de Su amor y de Su silencio siempre y a cada momento.
#CaminarDiario
>>Click here to continue<<